De vez en cuando, el cielo nocturno nos sorprende con algo más que estrellas, planetas y meteoros. Una estela lenta y ardiente que cruza la oscuridad puede llamar la atención y encender las redes sociales. Se ve dramática, casi apocalíptica… pero lo que muchas veces estás viendo no es una estrella fugaz, sino restos espaciales reingresando a la atmósfera.
¿Qué es la Basura Espacial?
La basura espacial (también llamada chatarra espacial) es cualquier objeto fabricado por el ser humano que orbita la Tierra y que ya no tiene uso. Esto incluye:
satélites inactivos, etapas de cohetes gastadas, fragmentos rotos de antiguas colisiones e incluso herramientas perdidas por astronautas (sí, ha pasado).
Actualmente, hay miles de toneladas de este material dando vueltas sobre nuestras cabezas, y la mayoría, tarde o temprano, sucumbe a la gravedad y comienza su largo descenso a casa.
¿Cómo se ve el reingreso?
Cuando la basura espacial entra en la atmósfera, la fricción con las moléculas de aire la calienta a miles de grados. Comienza a brillar intensamente y, a menudo, se fragmenta en múltiples piezas. A diferencia de los meteoros, que cruzan el cielo en un instante, los restos pueden tardar varios segundos en atravesarlo, moviéndose más despacio y dejando a veces una estela persistente.
Algunas diferencias clave respecto a los meteoros:
son su velocidad, que es más baja y a veces claramente parece que se deslizan; la fragmentación, ya que las piezas grandes pueden romperse en pleno aire; y su trayectoria, que a menudo cubre un tramo largo del cielo.
¿Es peligroso?
La mayor parte de la basura espacial se desintegra por completo antes de llegar al suelo. En raras ocasiones, pequeños fragmentos sobreviven y aterrizan en zonas remotas, a veces incluso en océanos; la probabilidad de que uno impacte a una persona es astronómicamente baja.
Aun así, las agencias espaciales rastrean los objetos grandes para predecir y gestionar los reingresos; las alertas públicas son poco comunes, pero los científicos siempre están atentos.
¿Por qué hay tanto desecho allá arriba?
Desde el inicio de la era espacial hemos lanzado miles de misiones. Muchos satélites ya cumplieron su vida útil y los cohetes más antiguos no estaban diseñados para una eliminación controlada. Hoy existe más conciencia, y las agencias intentan planificar misiones para que los restos se quemen de manera segura, las órbitas decaigan rápidamente o los equipos se trasladen a “órbitas cementerio”.
La belleza en la bestia
Aunque la basura espacial es un problema para los satélites y las futuras misiones, para los observadores del cielo puede ser un espectáculo raro: brillante, inesperado y memorable. La próxima vez que veas una estela ardiente moviéndose lentamente entre las estrellas, quizá estés presenciando los últimos momentos de una nave que alguna vez orbitó nuestro planeta.
Si logras capturar uno en cámara, anota la hora, la fecha y la dirección —los astrónomos a veces pueden identificar exactamente qué fue lo que regresó a la Tierra.